Me siento orgullosa de ser uno de ellos.

Volver a Nacer


1Prologo
No sé realmente como ocurrió todo, no sé en qué momento mi vida cambio. Solo recuerdo que me encontraba abrazando a mis amigos y a mi hermana, a las puertas del Eclipse Night Club. Que Sara y yo nos montamos en el coche después de despedirnos de ellos. Recuerdo su risa mientras hablamos camino a mi casa. Las calles estaban tranquilas, no había mucho tráfico. Nuestras manos estaban entrelazadas y nos reíamos comentando las caras de los chicos.  Ella besaba mi mano, y yo la miraba de vez en cuando si apartar la mirada de la carretera. Estaba preciosa, radiante de felicidad. Su pelo rubio caía a los lados de su carita de porcelana. Sus ojos azules brillaban en la oscuridad.
El semáforo estaba verde en el cruce de la calle madison. Acelere para no pillarlo en Rojo.
De pronto, escuche un fuerte golpe en el lateral del copiloto. Sara chilló, y yo intente aferrar el volante con las dos manos, para poder estabilizarlo. Todos los recuerdos son confusos, creo que me golpee con la ventanilla cuando el coche dio una vuelta. Sentía como una masa blanca me aprisionaba el pecho y en la cara, notaba una quemazón. No conseguía ver nada claramente, no sentía mi cuerpo. Mis manos tantearon el asiento del copiloto. Ella estaba allí, pero no respondía a mis llamados.
A mis oídos llegaban gritos de la gente, y frenadas de coche. Me pareció oir gritar mi nombre. Creo que me era familiar la voz… no lo sé… los oía cada vez más lejanos. La única voz que quería escuchar estaba completamente en silencio.
Mis parpados me pesaban, y sentía un líquido viscoso y caliente en mi rostro. Pero me forcé abrirlos y vi que estábamos completamente colgados de los cinturones, boca abajo. Busque a Sara, pero la postura de ella me decía que algo no iba bien. Entonces un dolor horrible se instalo en mi pecho. Mucho más doloroso que las heridas que tenía. Mi corazón había comprendido que había muerto, que con ella había perdido mis ilusiones y mis sueños. Con ella se llevaba mi felicidad y mis ganas de vivir. Y quise seguirla… deje de luchar por mantenerme despierto. Cada vez mis parpados pesaban más, los sonidos de sirenas se iban apagando. La oscuridad me abrazaba y reconfortaba.
Cuando el silencio absoluto me rodeo, vi una pequeña luz. Una figura me sonreía desde esa posición. Era Sara, ella estaba esperándome, sin dudarlo camine hasta ella. Pero cuando estaba a punto de tocarla. Vi como ella se llevaba una mano a los labios y me lanzaba un beso.
“Adiós amor, no me sigas… aún no…te mandare un ángel para que te guie y te cuide… pero aún no ha llegado tu hora… regresa”
“NO SARA…Sin ti… no tengo nada” le grite y quise correr hasta ella. Pero veía como se alejaba de mí con una sonrisa. Sentía como una fuerza sobrenatural, tiraba de mí en dirección contraria. Luchaba contra ella, pero no conseguía zafarme. Sara se alejaba cada vez más. “Te amo Edward. Pero aún puedes ser feliz”. Feliz, ¡¿me decía que podía ser feliz?!... no sin ella a mi lado, nunca lo conseguiría sin Sara. Pero se marchó definitivamente.
Deje de luchar y me deje arrastrar por esa fuerza. Miles de imágenes aparecieron ante mis ojos, como si callera por un túnel donde proyectaban mi vida en las paredes. De pronto, volvía a escuchar voces a mi alrededor. No sabían lo que decían, pero había regresado a este mundo sin ella. Y con ello, el dolor de la perdida y de las heridas
No sé cuánto tiempo paso, no sé exactamente lo que ocurrió entonces. Aún no era capaz de abrir mis ojos. No quería ver que había sobrevivido y ella no.
“…te mandare un ángel para que te guie y te cuide…”se repitieron en mi mente sus palabras, y abrí mis ojos de golpe.
Unos ojos profundos, unos ojos marrones tan oscuros como el chocolate, me miraban fijamente. Me pedían que luchara, había en ellos ternura y amor. ¿Sería el ángel que me mandaba Sara?. No lo sé… pero estaba demasiado cansado. No quería seguir esforzándome por luchar. Y regrese a una oscuridad acogedora. No era la misma… pero se encontraba bien.  No quería despertar… ya nada me podría importar. Nada….